Martes 20 de Noviembre, 2012 
por Nicoleta Grecea
Recuerdo una corta conversación que tuve con una muchacha en la gasolinera de El Dorado hace unos años atrás. Me miro por unos momentos y me pregunto si era cristiana. Le confirme que fue cierta su apreciación después de la cual, con mucho entusiasmo me dijo que ella también lo era. Me sorprendió. Tremendo escote, su ropa le quedaba apretadita, las manos y los dedos estaban cargados de brazaletes y anillos de diferentes tamaños y modelos, parecía un arbolito de navidad donde coloco lo que le dio la gana. La pregunte a que iglesia asistía y me respondió: “ primero iba a una iglesia muy conservadora pero me aburría, hasta que alguien me invito a esta iglesia – la señalo con su mano porque estaba muy cerca de la gasolinera- y me quede porque me gusto.” ¿Cual era la diferencia entre estas dos iglesias? ¿Porque esta te gusto más que la otra ? Me contesto con una larga sonrisa : “ en esta donde voy ahora está todo bien chévere, bailamos, hay todo tipo de música, gritamos, hablamos, la pastora es muy liberal y nos insta hasta que nos vistamos de moda que usemos las más costosas y hermosas joyas porque los hijos de Dios deben ser los primeros en todo, no hay reglas, soy yo misma…”.
¿Porque hay tanta gente cristiana en pleno siglo XXI a pesar de haberse predicho tantas veces la desaparición del cristianismo? Una vez comenzada la revolución francesa en 1798 impulsada por la corriente de pensamiento humanista que marco el principio de otra etapa en la historia, se creía que nadie más va a prestar atención a los antiguos cuentos de la existencia de Dios y de la Biblia. Pero hoy nos sorprendemos al ver como se forman mega-iglesias, como la gente no teme a testificar sobre su fe cristiana que impone el respeto a sus oponentes. Pero hay algo que predica en contra de ella de una forma poderosa : la vida practica de los creyentes. Hoy no podemos distinguir entre un cristiano y un “mundano” para usar el término que describe al incrédulo, al indiferente, al ignorante con respeto a las cosas de Dios. La forma de vestir es la misma, los negocios son los mismos, las preocupaciones y diversiones no difieren en nada a los del mundo, las iglesias son repletas de personas que bailan la misma música secular con letras bíblicas – son pequeñas discotecas de día- las predicaciones que deberían tener en el centro a Jesús y sus mandamientos, no son más que seminarios sobre prosperidad y riqueza, la religión se transformo en un tremendo negocio donde sus pastores no son más que empresarios que viven en tremendas casas y pasean en caros de último modelo. ¿ Quien no observa esto? ¡ Que mensaje tan poderoso predican las iglesias evangélicas al mundo con este estilo de vida!
Así como aquella muchacha buscaba, no una transformación de su vida sino una adaptación del evangelio a sus gustos pervertidos, así quiere hoy la iglesia ganar al mundo para sí: adaptándose a ello! Pero es un tremendo engaño. Al leer la Biblia comprendemos mas. “Así dice Dios, El Señor: ¡ ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su espíritu y nada vieron… Por cuanto engañaron a mi pueblo diciendo: “paz” cuando no había paz…”(Ezequiel 13) Los pastores predican tiempos de paz y prosperidad, dejan las almas perecer por falta de amonestación y clara enseñanza de los principios bíblicos, alejan a la gente del camino estrecho hacia el cielo desviándola hacia una senda ancha donde no es necesario algún cambio. Una iglesia adaptada a los gustos de una generación en busca de placeres, superficialidad, egoísmo, comodidad, vanidad, etc.
La Biblia es una espada: “ Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, mas cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”(hebreos4.12) Cada vez menos personas están dispuestas a dejarse cortar por esta espada. Hoy en día es peligroso tratar de corregir, hay que dejar a cada quien a seguir su senda aunque terminara en un abismo. ¡ Cuan errado y lejos del espíritu del evangelio es este concepto! Jesús dijo que si era necesario cortar la mano o sacar el ojo porque te lleva al pecado y al final a la muerte hay que hacerlo rápido para que tu alma se salve. Hoy se ha creado una religión donde no es necesario hacer algún cambio porque te reciben con todo. Por esto hay dentro de la iglesia tanta mentira, engaño, adulterio, pederastia, amor al dinero, fraude, etc. Las almas sinceras que buscan a Dios viven en un continuo dolor, incapaces de aceptar estos falsos conceptos y filosofías de adoración a Dios que no están construidas sobre el fundamento bíblico aunque lo pretenden. Es una falsa pretensión, un falso sueño de salvación, es una de las más grandes mentiras que se ha podido inventar. La luz y la oscuridad no pueden estar juntas. El camino de Dios no tiene nada que ver con el camino del mundo, Jesús y Satanás no serán jamás amigos.
Si quieres realmente caminar con Dios recuerda que hay una sola puerta que es estrecha, un solo camino que es angosto, una sola postura que es de rodillas, una sola regla que es la Biblia y un solo amigo que es Jesús.
No te dejes seducir por la multitud que acompaña estos movimientos, en la senda ancha muchos corren pero el destino es la muerte. Vivimos tiempos cuando nuestra fe será fuertemente sacudida. En el libro de Juan 6,64, Jesús le dice a los discípulos: “Algunos de vosotros no creen. Porque desde el principio Jesús sabia quienes no creían y quién lo iba a entregar… desde entonces muchos de sus discípulos lo dejaron y ya no andaban con El.” Dios sabe quién de nosotros lo buscamos con verdadera devoción y muy pronto, en la hora de la prueba, veremos que pasara con estas multitudes que asisten alegres a la iglesia los fines de semana, a donde huirán y en cuanto venderán a Jesús y lo entregaran. Los vientos sacudirán nuestras casas y se mantendrán en pie solamente aquellas que están construidas sobre la roca fuerte que es Jesús y su palabra. Las demás se perderán en el océano de mentira y engaño y recibirán su justo castigo por engañar a la humanidad y tomar en vano el Sagrado Nombre de Dios.