Necesitamos un buen descanso nocturno para que las horas invertidas en el estudio puedan ser aprovechadas al máximo.
Muchos nos hemos quedado noches enteras estudiando, pensando que de ese modo, en la tranquilidad de la noche, podríamos aprovechar mejor el tiempo y absorver mejor los conceptos. Siempre hemos sabido que no era un hábito saludable, pero ahora se sabe que además, es contraproducente. Los expertos afirman que debe existir un equilibrio entre el estudio y el descanso, y que para aprender, hay que hacer ambas cosas. Incluso hay estudios que afirman que es posible aprender durante el sueño.
Según un trabajo reciente llevado a cabo en la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU), hay que estudiar, pero las horas de sueño son determinantes para alcanzar el éxito. Lo importante es tener un horario durante el día para estudiar, que permita un descanso óptimo por la noche. Si no dormimos adecuadamente, estaremos embotados y cansados durante el exámen. En algunos casos hasta confusos, y puede que olvidemos lo estudiado.
Para retener lo aprendido es imprescindible dormir por la noche, porque las partes del cerebro que almacenan los datos en nuestra memoria no funcionan si tenemos dalta de sueño.
Hay investigaciones que afirman que se retiene mejor lo aprendido si justo después se disfruta de un merecido descanso.
Parece ser que el sueño “limpia” la memoria a corto plazo para dejar espacio para más información. Por ello, una noche sin dormir puede reducir, según los expertos, un 40% la capacidad de asimilar conocimientos.
La idea de que el estudio nocturno nos ayuda a retener más información porque no hay interrupciones, fue desmentida en su momento por un estudio del Hospital Quirón de Valencia que dedujo en sus investigaciones que las mejores horas para el estudio son, de hecho, al medio día y entre las 4 y las 5 de la tarde.
Muchos expertos afirman que el máximo aprovechamiento intelectual y la mayor capacidad de concentración se dan por la mañana, unas horas después de despertar, porque es cuando más energía física y mental tenemos, y decrece a lo largo de la tarde. De modo que por la noche es cuando menos energía tenemos y por tanto, menor capacidad cognitiva y capacidad retentiva.
Inmediatamente después de levantarnos tampoco es un buen momento para estudiar, ya que estamos todavía dormidos y no podríamos concentrarnos adecuadamente. Hay que desayunar y despertarnos adecuadamente (lo ideal es hacer un poco de ejercicio para oxigenar el cerebro).
Otro mito importante que debemos olvidar es el consumo de estimulantes como el café para mantenernos despiertos y acrecentar la atención, porque estas sustancias ejercen justamente el efecto contrario.
Las claves para el éxito en el estudio son: - Buscar un lugar de estudio tranquilo que invite a la concentración, sin ruído y con una ventilación correcta.
- Utilizar una silla adecuada que nos permita una postura correcta. Es necesario para nuestra espalda, pero también para poder respirar adecuadamente.
- Debemos controlar la fatiga mental. La atención máxima se limita a 45min. y se vuelve difícil cuando pasan 2 horas. - Es necesario descansar 10min cada hora de estudio.
- Debemos prescindir de estimulantes. Un descanso adecuado y un desayuno energético a base de frutas y cereales integrales, así como un consumo adecuado de agua durante el estudio, nos darán la energía que necesitamos.
- Como colofón, debemos comprender lo que estudiamos antes de pasar a memorizarlo y repasarlo al menos dos veces para retener al máximo lo aprendido.
Esther Azón Fernández (EAF) Redacción CPM.
Duerme bien, para Aprender mejor
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